Es el olor a tango... es el olor a carne asada... es el sabor de Argentina... es la caricia de un recuerdo nostálgico que se pasea por mi mente cuando de entre mis labios se escapa en un susurro la palabra "Buenos Aires".
Es el sonido de aquel famoso tango que baila sus notas por mis sentidos:
“Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar,
he venido por última vez,
he venido a contarte mi mal,
Caminito que entonces estabas
bordado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás,
una sombra lo mismo que yo…”
Calle famosa hasta en las letras de los tangos, Caminito es el rincón más popular del barrio de la Boca. Repleta de turistas los fines de semana, cámara en mano, ávidos por captar la casa más colorida o el paso más sensual del tango. "Pasión y belleza hecha música y ritmo", para sentir ese arte que solo los argentinos saben transmitir. El Tango!!!
Les propongo ir un día con menos afluencia de gente y pasear tranquilamente entre las decenas de puestos de artesanías y de cuadros que intentan plasmar algo del espíritu de esta calle, porteña hasta la médula.
Este barrio está situado al sur de al ciudad, en la zona portuaria. Es conocido también como la Piccola Italia, gracias a la inmigración italiana, entre los años 1880 y 1930. Hasta entonces, marineros genoveses eran sus principales habitantes; una sociedad pobre, pero alegre, de la que surgieron muchos artistas del mundo de las letras y la música. Y como reflejo de aquella sociedad; de aquella vida pobre, pero sana y alegre, nos quedó como un legado la calle Caminito.
Los colores característicos de sus casas tienen un curioso origen: a principios del XX, al ser un barrio residencial habitual de marineros italianos que pintaban sus casas con restos de pintura que quedaban de pintar los barcos.
De ahí vienen sus hermosos colores dispares.
Y cómo no, no puedo marcharme sin admirar La Bombonera, el mítico estadio donde tantos y tantos argentinos han depositado sus ilusiones y sus sueños. Vivir la pasión de los argentinos por el fútbol desde uno de los asientos del estadio de Boca Juniors es algo que deja impresionado a cualquiera, el fervor que derrochan, las ansias, las ganas por el deporte rey, el desgarro por sus colores.
Y así, lentamente, dejo atrás el barrio de la Boca, con una inmensa nostalgia, mientras continuo......
"Desde que se fue
triste vivo yo,
caminito amigo,
yo también me voy.
Desde que se fue
nunca mas volvió,
seguiré sus pasos,
caminito, adiós”.
Espero les guste!!!!! Buen fin de semana.....
Falto el hablar del glorioso club de futbol boca juniors jajajaja
ResponderEliminarEs verdad, ya lo he agregado, gracias!!!
ResponderEliminarMuy linda crónica, precioso comentario sobre un barrio "tan porteño"
ResponderEliminarMe ha encantado Meri...bss
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